Actividad.
Elabora un cuadro comparativo de mito, magia y religión entre los huicholes.
REGIÓN HUICHOL; MITO, MAGIA Y RELIGIÓN
En el presente ensayo me sitúo en la Región
Huichol para abordar el mito, la magia y la religión; prácticas que
juegan un papel principal en la organización social y política, religiosa y
cívica, y en la identidad de un grupo social.
Comenzaré con un resumen de la región, su
ubicación geográfica, sus habitantes y su forma de vida. Después trataré de definir
de manera breve lo que es mito, magia y religión, para después abordar
estas prácticas desde una región específica: la Huichol.
Situándome en esta región Huichol comenzaré a
desarrollar estos temas intentando explicar lo que para ellos significan estas
prácticas, cómo las desarrollan, en qué épocas las realizan, quiénes las
realizan, para qué las realizan, qué elementos integran, entre otras cuestiones
que pudieran surgir conforme desarrollo el trabajo. También pondré interés en
saber si estas prácticas siguen reproduciéndose, si se han modificado o si han
cesado; y la relación que tienen estas prácticas con su cultura y con su
conformación como pueblo.
Creo que si poco se sabe que existen diferentes
grupos indígenas en el país, aún menos se sabe acerca de ellos, de sus formas
de vida, de las problemáticas que tienen, de su historia y sus tradiciones. Los
principales grupos indígenas en Jalisco son los Nahuas y Huicholes; sin
embargo, ha habido más grupos que han migrado a Jalisco y se han instalado en
la zona metropolitana de Guadalajara.
Los huicholes, asentados en la Sierra Madre
Occidental, son originarios de América y se asentaron antes de la llegada de
los europeos. Los grupos más cercanos a ellos son los Coras, al norte de
Nayarit y los Tepehuanos, al sur de Durango. Estos tres grupos hablan lenguas
hermanas, pero no son iguales.
El territorio de los huicholes tiene una
extensión de 4,100km2 y están asentados en cinco comunidades; tres de ellas en
el Municipio de Mezquitic, una en el Municipio de Bolaños y otro en el
Municipio de La Yesca en Nayarit. La población huichola habita en poblados
pequeños y dispersos, las vías de comunicación hacia estos poblados eran
escasas y la llegada de mercancía y el contacto con las zonas que se encuentran
fuera se veían truncadas, sin embargo, en los últimos años se han adaptado
caminos e incluso la posibilidad de llegar en avioneta.
La población huichola se dedica principalmente a
la agricultura para subsistir, además de la cría de ganado vacuno. La población
también se dedica a la elaboración de “artesanías”, la cual puede ser
transportada y vendida en las ciudades.
Los huicholes han padecido intentos de
evangelización por parte de distintos grupos religiosos, estos intentos
comenzaron en el siglo XVIII por parte de los jesuitas y posteriormente por los
franciscanos, a pesar de ellos, la población huichola se rehúsa totalmente a
cambiar sus costumbres.
Fueron creados proyectos de desarrollo entre los
cuales se encontraba el Plan Huicot; a través de éste se crearon vías de
comunicación, escuelas y acciones enfocadas a la producción agropecuaria. Sin
embargo, como la mayoría de los proyectos que fueron creados con el fin de una
“integración” del indígena a una identidad nacional por parte del Estado, estos
proyectos más que beneficiosos fueron contraproducentes; se ignoraron las
diferencias y especificidades culturales que tiene la población y se impusieron
autoridades por parte del Estado, que suplantaron la autoridad tradicional del
pueblo. Estos tipos de cambios sociales, y además políticos en su estructura
provocaron la modificación de su organización de origen, comenzaron a cambiar
características esenciales como el abandono de algunas costumbres
tradicionales, algunas sin embargo se han adaptado a estos nuevos modelos
impuestos sin perderlas completamente.
Previo a este trabajo y a las lecturas
consultadas, mi conocimiento y postura ante los conceptos que estoy por
desarrollar era totalmente distinto y no veía relación entre ellos tanto en
definición como en la práctica. Mi visión cambió, puesto que todas y cada una
de las prácticas están ligadas la una con la otra, pero todas conservan su
especificidad y todas dirigen una explicación hacia esa cultura y contienen
elementos de la misma. Una relación que hay entre ellas y que podría resaltar
es que los investigadores, a través de todos los años de investigación
concluyen en que el mito, la magia y la religión, y los elementos que
cada una posee sólo pueden ser explicados mediante la propia experiencia.
Todas estas prácticas tienen un origen: el querer
conocer. Una de las naturalezas del hombre es el deseo de conocer, tanto al
hombre mismo como a lo que tiene relación con él, además del deseo de querer
encontrar una explicación a los fenómenos que ocurrían en su entorno;
principalmente a los fenómenos naturales.
La primera incógnita del hombre fue el origen del
mundo, se querían encontrar explicaciones acerca de éste; y las primeras que
surgieron fueron de carácter mítico. Sin embargo, la razón ha sido una de los
principales enemigos de las demás explicaciones (religiosas, mágicas) que se le
han dado al origen del mundo. Algunos, como San Agustín, llegaron a considerar
a la razón como una herejía, decía que la razón era una de las cosas más
dudosas y equívocas del mundo. Por su cuenta, Pascal remarcaba que el
pensamiento racional y lógico no resolvía el enigma del hombre, puesto que éste
era una contradicción y la lógica sólo resolvía homogeneidades. El proceso de
la explicación del hombre y del origen pasó de la religiosa, a la mítica,
siguiendo a la lógica, después del pensamiento matemático al pensamiento
biológico con Charles Darwin.
El símbolo forma parte de la naturaleza del
hombre, los podemos encontrar en el lenguaje, en las artes, en la religión, en
el mito; en toda interacción y creación del hombre lleva implícito un símbolo.
Sin éste, el hombre viviría limitado a sus necesidades biológicas y a sus
intereses prácticos; el mundo ideal queda excluido.
MITO
Una de las formas en que se transmite el mito es
a través de la oralidad, éste muestra las peculiaridades que tiene una cultura,
la representación de estas peculiaridades a la vez ofrecen una explicación de
la cultura representada. Un mito debe leerse y explicarse en el contexto al que
pertenece sino pierde su lógica. Tiene una función como cohesionador en la
comunidad, es sistemático, está cargado de símbolos los cuales también llevan
un orden y en caso de que éste se rompiera, el mito pierde su valor. Obedece a
un espacio (origen) y a un tiempo (presente, pasado y futuro. Y es cíclico),
éstos también de carácter simbólico. “Lo mítico no puede reducirse al tema
“naturaleza” y las categorías de experiencia temporal que implica lo mítico no
pueden reducirse a lo “cíclico”. El mito posee factores tanto naturales como
histórico-culturales” (Fritz Stolz).
Dentro de los mitos, elementos como lo sagrado y
lo santo están presentes; estas características se les atribuyen a las
deidades; marcando así una división entre ellas y el hombre.
MAGIA
La magia, como en el punto anterior es sólo
explicada desde su lógica y su contexto. La persona capaz de practicar la magia
se le atribuye características especiales; la mayoría de estas personas tienen
una edad avanzada, son sabias, es decir, poseen un conocimiento amplio sobre la
comunidad y otros temas, además de que son capaces de, podría decirlo, ir a
otra realidad. La magia sólo puede usarla esa persona, ésta representa una
autoridad dentro de la comunidad.
La magia también es sistemática, pues obedece a
un orden, el cual si no se respeta, ésta pierde su eficacia; además se debe
tener cierto comportamiento al momento de realizar un acto mágico. “Libera (la
magia a la colectividad de un peso que la oprime. Actúa en situaciones en las
que el hombre necesita particularmente una liberación y un sentido concreto e
inmediato” (Jensen, Ad. Ellegard, 1998[1]).
La magia no está dirigida a una deidad específica,
sino para un conjunto variado de objetos que actúan a favor.
Cabe señalar que tanto la magia como el mito
fueron considerados como prácticas que correspondían únicamente a pueblos
“primitivos”, además de considerárseles como estadios anteriores a la religión,
y de carácter irracional.
RELIGIÓN
En la religión ya tenemos un objeto definido: una
deidad, la que nos va a conceder nuestras peticiones; algunas veces se hace un
sacrificio por el cual podamos obtener lo deseado. Para pedirle algo también se
hacen rituales, éstos también son sistemáticos.
En la religión, al igual que en el mito y la
magia, la experiencia es imprescindible, es mediante ésta que tiene un
sentido; dice Roger Caillois que a través de esta experiencia es también como
se llega a lo sagrado y/o a lo santo. Dice (Caillois) que existe una dualidad:
profano/sagrado, bien/mal, que son complementarios y están presentes en el
ámbito religioso.
La religión también está determinada por los
aspectos sociales y culturales, éstos no son estáticos; están en un constante
cambio por lo que la religión también se modifica, adaptándose a estos cambios.
Decía Spencer que la religión está ligada al
animismo, es decir, al culto a los espíritus ancestrales. Ésta también ejerce
un control político.
Dicho control puede ser provocado por el temor de
las personas a la muerte, al conflicto y ante las dificultades de la vida
cotidiana.
Dentro de estas prácticas hay más elementos
implícitos que dan un sentido a las mismas como la idea de lo santo, lo
sagrado, lo profano, la fe, la razón, lo bueno, el milagro, lo malo, etc.
Estas prácticas configuran la vida de una
población, y son elementos que surgen de la misma interacción entre los
habitantes y que tienen una línea del tiempo, no son elementos que hayan surgido
de repente. También otorgan un papel a los habitantes de la comunidad; su
organización social, política y religiosa involucra a cada uno de los
habitantes.
A
continuación trataré de abordar estos aspectos desde la región Huichol.
Para los huicholes, la religión y lo místico son
dominantes en la cultura, y son los dioses los dominantes de todo. Sus dioses
se basan en personificaciones de fenómenos naturales, que son potenciales
divinidades y la mayoría de sus actividades; las artísticas, dramáticas,
literarias, etc. Son hechas por el principio sagrado que motiva a las ofrendas
para los dioses. La religión es la que da al huichol su filosofía de vida o
visión de la naturaleza, del universo y del hombre y es también la que le da el
control que él imagina tener sobre la naturaleza.
En las comunidades, los tewá (abuelo) son las
figuras de autoridad. La palabra tewarí es empleada como término de parentesco
religioso para referirse a las divinidades de segundo rango.
Dentro de las narraciones de la población se
encuentra una persona de suma importancia: el Abuelo. Es él uno de los cinco
antepasados sabios y ocupa una posición central entre las deidades. Era el amo
del fuego, enseñó a realizar los instrumentos sagrados y estableció normas para
los ritos que proporcionarían la comunicación con los dioses. Dirigió la
primera cacería del peyote y tiene por acompañante y ayudante un animal.
Es el médium por el cual anuncia el momento en
que se deben ofrecer las ofrendas a las deidades. Es el transmisor de sabiduría
y en sus manos se encuentra la continuidad cultural del grupo.
Cuando los abuelos ponen nombre al recién nacido
es reconocido como un miembro más de la comunidad huichola, se convierte así en
persona.
La mujer dentro de la comunidad es principal, es
ella un foco de organización de actividades, y es a través de ella que sea
realiza el culto a la feminidad como generadora de vida, además representa la
fuerza centrípeta, unificante y cohesionante, y el varón representa la
proyección hacia el exterior, hacia el mundo silvestre.
Los huicholes manejan una estructura
política-ceremonial; su estructura política es previa a un modelo
mesoamericano. Hay una distribución de los recintos ceremoniales, los cuales
presentan un desarrollo arquitectónico avanzado, estos recintos están a cargo
de un “jefe”. Esta tipo de organización representa una desigualdad social y
política en la comunidad.
Cada asentamiento consta con su propia
organización política, y es en base a los recursos que tienen en el territorio
como se organizan. “Puede pensarse en la existencia de cacicazgos relacionados
por parentesco entre linajes específicos, que se caracterizaban por su
organización jerárquica y por contar con un sistema de cargos hereditarios con
obligaciones, pero también con poder político sobre un territorio especifico…”
(Téllez Lozano, Victor Manuel, 2011, p. 132).
Los tukite son recintos y son la representación
de la cabecera de cada ranchería. También son considerados las moradas de las
deidades más antiguas, fundadoras de cada linaje que adquieren un carácter
divino.
Los distritos conforman una jerarquización, donde
los líderes políticos y ceremoniales representan la cabeza de los distintos
linajes, además son los responsables de resguardar el conocimiento mitico y
ritual que sostiene a la comunidad y a sus distritos.
“La sociedad huichola está todavía dividida en
dos castas: la nobleza y el pueblo” (Diguet 1992: 129), (Téllez Lozano, Victor
Manuel 2011, p.133). Esto porque los descendientes de los míticos antepasados
contaban con un mayor prestigio.
Dentro de la comunidad de Guadalupe Ocotán se
realiza una renovación de la mesa directiva del Comisariado y se realiza una
ceremonia. Las actividades tienen el objetivo de mantener un equilibrio entre
el ámbito de acción humana, que está relacionado con la administración del
territorio comunitario y la representación de la comunidad al exterior que
ahora están a cargo por representantes impuestos por el Estado; y el ámbito de
acción divina donde los ancianos y los miembros de la jerarquía
cívico-religiosa son responsables de sostener un ciclo ceremonial que es
necesario para preservar la existencia del territorio comunitario y sus
habitantes. El territorio se convierte en un espacio sagrado que debe recibir
ofrendas. En Guadalupe Ocotán la vida ritual está alrededor de tres espacios
principales y una capilla, la cual es un recinto significativo para su
población donde se realizan prácticas religiosas.
Muchos de sus espacios sagrados cambiaron los
rituales y ceremonias originales, estos cambios y adaptaciones fueron causados
por la evangelización.
Dentro de la población huichola los símbolos
están presentes en gran medida; por ejemplo a la mujer se le relaciona con el
venado, el cual es sagrado; y podemos ver cómo los huicholes plasman a este
animal en su arte; en sus ropas, sus joyerías, morrales, pinturas y en los
rituales que realizan.
Respecto a la magia, una de las siete ceremonias
que realizan, son cada año en el mes de abril, son dirigidas por un chamán, el
ingreso a éstas es limitado y es el chamán el que decide quién puede estar
presente y quién no; lo decide según la vibra o las intenciones que perciba de
la persona, si percibe algo malo la persona no puede presenciar la ceremonia. Se
realiza un círculo sagrado donde se enciende fuego, que también se de carácter
sagrado; se realizan rezos y se ofrecen ofrendas como frutas, maíz de la
cosecha del año anterior, incienso y tabaco. La ceremonia comienza a la salida
del sol, a la par que se enciende el fuego y se colocan las ofrendas comienzan
las danzas, con el propósito de pedir por futuras siembras y la limpia de
cuamiles donde serán sembrados. Es una ceremonia de velación donde se consume
la “medicina sagrada”, es decir, el peyote y su fin es al amanecer del
siguiente día.
La segunda ceremonia que realizan es para la
siembra. En ésta se pide permiso a los dioses y a la madre tierra por una buena
siembra y buena temporada de lluvia; en esta ceremonia también se enciende el
fuego con rezos y se colocan las ofrendas, se hacen danzas y la velación hasta
el amanecer.
La tercera ceremonia es la cacería del venado, en
ésta se da gracias por la cosecha, se presenta el maíz y en agradecimiento se
sacrifica un toro a los dioses.
La cuarta ceremonia es sobre la cacería del
venado, en ésta se internan en la montaña hasta cazar un venado, éste se
ofrenda a los guardianas y los dioses del desierto para pedir permiso y sean
bien recibidos en su desierto.
La quinta ceremonia es la más larga, consiste en
el viaje al desierto. Se presentan con el venado azul en Wirikuta, es un viaje
que se realiza en 15 días donde los guerreros se van, en la comunidad se quedan
las mujeres y los niños; ellos mantendrán el fuego prendido hasta el regreso de
los guerreros con el fin de que los espíritus guardianes los guíen y protejan
durante los 15 días. Las mujeres realizan ayuno de carne y sal, hacen tejuino,
el cual también es sagrado y lo mantienen bajo tierra con rezos y cantos.
Mientras los guerreros caminan por el desierto guiados por el chamán que va
platicando con los dioses y dejando ofrendas de tabaco en su caminar y
pidiendo permiso a los espíritus guardianes del peyote para la recolecta
de éstos.
La sexta ceremonia consiste en el regreso del
desierto, esta es una fiesta de agradecimiento por el buen recibimiento de los
dioses y la buena colecta del peyote permitida por los espíritus guardianes. En
este momento es cuando se saca el tejuino fermentado y comienza la velación con
danzas alrededor del fuego. El chamán cuenta lo que los dioses le dijeron y las
cosas que deben hacer para mantener sus tradiciones y no dejarse “contaminar”
por el modelo de sociedad occidental. En esta ceremonia las mujeres hacen
tamales de frijol, se reparten entre los participantes de la ceremonia junto
con el tejuino fermentado y gajos de peyote. Durante toda la noche los
participantes invitados no pueden negarse a consumir nada de lo que se ofrece
porque se interpreta como una ofensa a los dioses. Al día siguiente se rompe el
ayuno de carne y sal y después de la comída la ceremonia se da por terminada.
La siguiente ceremonia es la del tambor, en ésta
se presentan a los niños, quienes son futuros guerreros, al desierto. El fuego
es encendido desde un día antes y se cuida toda la noche turnándose los
guerreros adultos. En cuanto amanece las madres de los niños desde los recién
nacidos hasta los de 12 años les visten atuendos de gala y los pintan de
guerrero; todo ese día es de ayuno total para todos (excepto los que
amamantan), se forma un círculo alrededor del fuego que no debe extinguirse,
con todos los niños y detrás de cada niño debe estar su madre. Cada niño debe
portar su ayacaztli (sonaja). El chamán da inicio a la ceremonia
presentando a los futuros guerreros a los dioses y guardianes del desierto y
del peyote para que los reciban bien cuando ellos comiencen su ruta por el
desierto. Se comienza a tocar el tambor que no deberá dejar de sonar hasta que
el sol se oculte, los niños tampoco deben dejar de sonar sus sonajas. El chamán
tocará hasta desfallecer, en caso de que ocurra se debe elegir a un sucesor
para que siga tocando el tambor. En caso de que los niños se agoten, las mamás
tendrán que ayudarles sosteniendo su mano para seguir tocando; esto llega a ser
un gran sacrificio y ofrenda porque el sol cae por completo sobre ellos y el
ayuno es total. El chamán mientras toca el tambor entra en trance y platica con
los dioses, les presenta cada uno de los niños, éstos también entran en trance
donde viajan por el desierto y son guiados a cada uno de los lugares de poder
en el desierto donde conocen a los espíritus guardianes y donde les presentan
los animales que los recibirán en su primer ida al desierto y platican con
ellos. Los animales pueden ser lobos, zorros, lechuzas, etc. Éstos serán sus
animales guías; continúan así hasta la puesta de sol donde el chamán agotado
sale de su trance y regresa a los niños de su viaje al desierto. Dan la última
danza de despedida al sol, se rompe el ayuno de agua y se baña a los niños con
cubetazos de agua y se les da de beber. Se rompe también el ayuno de comida y
se ingiere algún cordero o gallina sacrificada.
Finalmente se cierra con la ceremonia del
sacrificio del venado. Se dan las gracias por todas las bendiciones recibidas y
se agradece a los cuatro rumbos y a los espíritus guardianes, a la madre tierra
y al gran espíritu dador de todo.
Estas ceremonias son un ejemplo del papel de
orden y “poder” que tiene el chamán, es el único que puede tener una plática
con los dioses. Los elementos son los que les rodean a su espacio geográfico y
toda la comunidad participa. Esto es lo que caracteriza a una comunidad y a un
pueblo. Estas ceremonias son su forma de vida, su cosmovisión, si esto les
fuera del todo cambiado, o el hecho de quitarles más tierras o imponer otros
elementos, sus ceremonias pierden su significado y más que su significado, lo
que ellos son. Son más, mucho más que una bonita pieza en exhibición; son un
proceso, son lucha, son negados, apartados, son cultura, tradición, origen, son
cambios, procesos, despojo, etc. El hecho de que no formen parte de este mundo
occidental-globalizado no los convierte en ajenos. Pero si entre los “iguales”
existe una discriminación, entre “diferentes” es aún más evidente. Dejemos de
verlos como piezas de museo, coexistimos y cohabitamos, basta de la negación.
Reconocer y respetar sus formas de organización, respetar su propiedad, darles
las herramientas y las oportunidades pero sin la imposición y el rezago. Me
parece que todo intento de integración a la “identidad nacional”, a un
mestizaje, a la inclusión en la urbe y el actual modelo de vida llevará al
fracaso si se siguen violentando las diferencias; no puede existir una
homogeneidad porque se estaría borrando una identidad. Y esto obedece a todos
los pueblos indígenas del país y del mundo.
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